lunes, 31 de marzo de 2014
lunes, 17 de marzo de 2014
Texto Surrealista
Rubén, un policía de unos 30 años, estaba de servicio junto a unos cuantos compañeros cuando de repente sonó el teléfono. Un compañero lo cogió y enseguida dio la larma de que un grupo de encapuchados había asaltado un centro comercial. Enseguida se metieron en el coche y varias patrullas se dirigieron hacia allí. Tras un tiroteo, los ladrones fueron detenidos, excepto uno, que murió de un disparo. Cuando fueron a inspeccionar, Rubén, al lado del cadáver encontró un anillo. Al mirarlo, se sintió extrañamente atraído hacia él. Lo cogió con disimulo y se lo guardó.
Al llegar a casa, se lo puso y sintió algo extraño. Una voz sonó en su cabeza, y le dijo que pidiera dos deseos. Pensó que se estaba volviendo loco, pero pensó que no perdía nada intentándolo.
Unos días más tarde, iba a toda velocidad por una autovía con el nuevo coche que se había comprado. Un coche le embistió por detrás y perdió el control del coche. Se salió de la carretera y murió en el acto. En ese momento, Rubén se despertó sobresaltado, había sido un sueño. Fue a la cocina a por un poco de agua y, al mirar a su mano, vio que aquel anillo de su sueño, estaba en su dedo.
Pensó en encontrar a una mujer que se enamorara de él, ya que estaba solo. Lo segundo que pensó fue en dinero, en ser rico. Al formular los dos deseos, esa sensación desapareció de su cabeza. Ese fin de semana, salió de fiesta con unos amigos y en una discoteca conoció a una chica, habló con ella y quedaron en verse otro día. Su primer deseo se había cumplido. Al día siguiente, encontró en su casa un boleto de lotería y decidió mirar, si le había tocado algo, pensando en su segundo deseo. Así fue, le habían tocado varios millones de euros en la lotería. Se puso a dar gritos de la emoción y empezó a besar el anillo.
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